Estoy pendiende de tu mirada
Paseo contemplando otros paisajes y siento sobre mí tu mirada penetrante, atenta, escrupulosamente minuciosa, diseccionadora. No comprendo qué alcanzas a ver más allá del horizonte a mis espaldas, pero el brillo de tus ojos me intriga, me desasosiega.
De repente, otra mirada se cruza sobre nuestro universo.
Tu mirada me desconcierta, pero esta nueva mirada me asusta. No se limita a ver, indaga más allá de lo visible y me aterra. Quiero escapar de su vista, pero temo que atravesará cualquier tiniebla hasta arrancar todos los misterios; despiadada, no temerá escarbar en los rincones más ocultos del pensamiento o del corazón.
Y no hay horizonte que me oculte.
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