jueves, 19 de junio de 2014

Nada hay admirable hoy


No queda la menor duda: nada cabe entre los signos de admiración. Una protesta silenciosa, un anhelo, un desesperado grito sin palabras para reclamar algo admirable.
Al final, sólo el símbolo, nada más.

Pero muchas veces no vemos la belleza que nos rodea, no encontramos lo excelso y asombroso porque no comprendemos, porque no miramos bien. Lo cotidiano nos parece intrascendente y muchas veces sólo lo cotidiano es admirable. O hemos perdido nuestra capacidad de asombro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario